miércoles, 1 de junio de 2011

AL OTRO LADO DEL CHARCO




“Where amazing happens”, el lema de la NBA habla por sí solo. Lo imposible, lo espectacular, lo millonario, lo extravagante, lo grandioso…todo ello gira alrededor de la mejor liga del planeta, el lugar donde el baloncesto brilla en estado puro ante millones de personas. Para los jóvenes amantes de este deporte llegar a jugar un solo minuto en ella supone el verdadero sueño de toda una vida, un duro camino en busca de la gloria que, en muy pocas ocasiones, se puede llegar a recorrer. Treinta años atrás, la fantasía de alcanzar la NBA recorría lejana la mente de los baloncestistas españoles. Hoy en día, codearse con los mejores del mundo es una realidad muy cercana gracias a un grupo selecto de jugadores que lograron abrir la senda hacia el éxito del deporte de nuestro país. 


Fernando Martín



Fernando Martín, en un partido contra los New Yersey Nets
 
La NBA era un mito total cuando, a mediados de los ochenta, un menudo pívot madrileño cambiaba el rumbo del baloncesto español para dar el salto a la poderosa liga estadounidense, algo impensable en aquella época pues era todo un atrevimiento jugar en la máxima competición sin haber pasado antes por una universidad americana. Fernando Martín, jugador del Madrid y todo un ícono del momento, se mantuvo despierto para vivir la gran aventura de su vida y en 1985 era incluido en el draft. Estuvo a punto de volar a Los Angeles Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul Jabbar pero fueron los New Jersey Nets quienes lo eligieron, en segunda ronda, con el número 32. Tras disputar una temporada más con el Madrid y el Mundial de España del 86, Martín volvió a pensar en el reto que se le presentaba y finalmente fichó por los Portland Trail Blazers.


 El madrileño pasaba a la historia y se convertía en el primer español y segundo europeo que lograba meterse en la liga. Su debut en un partido en la cancha de los Sonics de Seattle sólo lo siguieron en vivo tres españoles: Sixto Serrano, Manolo Lama y Fernando Laura. Cuenta la leyenda que Mike Schuler, entrenador de Portland, no quiso hacer el feo ante la presencia de estos tres periodistas y se sintió en la obligación de hacerle debutar durante dos minutos. Por desgracia no todo fue de color rosa ya que “Rambo”- así fue apodado Fernando por su poderío físico- tuvo que hacer frente a una temporada muy dura con un equipo en el que no encontró apoyo ni por parte de técnico ni de compañeros y donde las lesiones truncaron sus aspiraciones. Un año más tarde y tras jugar un total de 146 minutos, el jugador que puso el acento de su apellido en la camiseta volvía a casa, a su Real Madrid. Su trágica muerte en 1989 en un accidente de tráfico lo elevó a la categoría de mito deportivo. Y es que Fernando Martín fue todo un pionero, el ariete que chocó contra la puerta de la NBA y consiguió abrirla a toda una generación.



Dueñas y Herreros disputando un balón
Pasaron años de vacío sin que ningún jugador español lograse cruzar el charco en busca de la NBA aunque ocasiones hubo para ello, en concreto tres. En 1987, un año después de la odisea de F. Martín, Atlanta eligió en el draft a un sorprendido Jose A. Montero. El joven base del Joventut de Badalona, sin representante, no tuvo más noticias y a medio broma dejó pasar el billete a EEUU. Siete años después, los Peacers de Indiana se fijaron en el alero de Estudiantes, Alberto Herreros. Allí le esperaba un papel secundario y el madrileño rechazó la oportunidad hasta en dos ocasiones. Roberto Dueñas fue el que estuvo más cerca de la gloria. Los Chicago Bulls de Jordan y Pippen llamaron a la puerta del base barcelonista pero su negativa lo privó de convertirse en el primer español poseedor de un anillo.


La edad dorada


Trofeo Roockie del año 2002

Tuvieron que transcurrir quince años para que volviéramos a ver a un español al otro lado del charco. El elegido fue nada más y nada menos que el espigado jugador del Barcelona, Pau Gasol. Nadie recordaba a un joven tan decisivo en la historia del baloncesto español y su nombre comenzó a expandirse por toda Europa. Con el tercer puesto en el draft de 2001, fue elegido por los Atlanta Hawks, la posición más alta para un jugador no formado en EEUU. En seguida, fue traspasado a los Grizzlies donde realizó seis temporadas de escándalo que lo catapultaron hacia el estrellato y a ganarse el respeto de los mejores.

No fue casualidad que otros jugadores de su generación, aquella que logró hacerse con el Mundial Junior del 98, formaran parte de una explosión del talento español. En menos de una década, hasta siete jugadores más cruzarían el Atlántico para recalar en la NBA. Raúl López, que fue elegido por los Utah Jazz y que pasaría a la historia por disputar, contra Gasol, el primer partido con dos españoles en la misma cancha. José Manuel Calderón, un base que entró de puntillas en la máxima competición y que, poco a poco, fue dejando huella en el parquet de las estrellas gracias a su templanza y a su habilidad en los tiros libres y triples. Sergio Rodríguez, un jugador quizá todavía por hacer, viajaba de Estudiantes a Portland. Su sueño era jugar en la NBA, aprovechó su oportunidad y jamás se sintió defraudado. Y en 2008 se presenta el europeo que mejor se ha adaptado a la liga de las estrellas en un solo año, Rodolfo Fernandéz, o Rudy, como le gusta que le llamen. Tras el olímpico de Pekín y su famoso mate ante Dwight Howard, el catalán llega a Portland como un verdadero ídolo y se convierte en el primer europeo en participar en el concurso de mates donde aparece con una camiseta en recuerdo a Fernando Martín.

Rudy en el concurso de mates de 2009

En esta asombrosa escalada también hubo jugadores que cayeron por el camino. Fran Vázquez, Jorge Garbajosa y Juan C. Navarro decidieron decir adiós a sus aspiraciones en la gran élite bien por la indecisión, las lesiones, el compromiso con la selección o la situación económica. Navarro además tuvo que afrontar la marcha de su amigo y compañero Pau de los Memphis Grizzlies.


Los hermanos de Sant Boi juntos en el parquet
Y es que la carrera del rubio espigado, ya con barba, dio un giro de 360 grados cuando, en febrero de 2008,  recibió la noticia de que había sido traspasado a Los Angeles Lakers. Su decisiva aportación en el equipo vuelve a exceder las expectativas ayudando al equipo a remontar de forma espectacular. Por si fuera poco, su hermano Marc llega a su ex-equipo para iniciar una trayectoria paralela. Un año después y una vez más, Pau vuelve a entrar en la historia para convertirse en leyenda. Por primera vez, un español gana el anillo de la NBA y no contento con ello repite la hazaña doce meses más tarde. El baloncesto español se consolidó entre las estrellas y por aquella rendija que abrió el rocoso Fernando Martín hace ya casi tres décadas se coló el futuro del mundo de la canasta.






Fernando Cardenal Arenas

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