Cuatro Rayas Valladolid 33- HSV Hamburgo 35
El Cuatro Rayas BM Valladolid cae eliminado en los octavos de final de la Liga de Campeones ante el poderoso HSV Hamburgo. Los de Pastor estuvieron a dos goles del milagro pero el equipo alemán reaccionó con un gran poder defensivo y su potente calidad individual.
El aire de ilusión y esperanza que se respiraba ayer en el Polideportivo Pisuerga era digno de un duelo por todo lo alto, de máxima competición europea. Las más de 6000 personas que llenaron de amarillo las gradas confiaban en una gesta épica y ese sentimiento no abandonó a los jugadores en todo el partido. El ambiente no auguraba nada bueno para los alemanes y aunque la desventaja del partido de ida parecía decir lo contrario, nadie se resistió a intentarlo.
El Hamburgo volvió a sufrir en sus carnes el coraje, la lucha y la batalla de un equipo que se ha ganado el respeto en Europa y que ha logrado codearse con los gigantes del continente que les triplican, como poco, en presupuesto. El Cuatro Rayas de ayer luchó contra los elementos: polémicas decisiones arbitrales nada más comenzar, las lesiones de Romero, Perales, Edu... y un elenco de estrellas que sufrieron de lo lindo para estar en cuartos.
Los pucelanos comenzaron nerviosos y con demasiada responsabilidad entre manos. El Hamburgo transformaba su juego en ataques prácticos y una gran efectividad goleadora a través de Duvnjak y Lackovic, que encontraban fáciles huecos en la defensa amarilla. Para más inri, ni Sierra ni Svenson estuvieron ayer acertados en porteria. De ahí que desde el inicio las ventajas fueran visitantes sin olvidar alguna que otra ayuda de la pareja arbitral. El ataque del Cuatro Rayas con Perales, Krivokapic y Gurbindo no fallaba pero si lo hacía la defensa. Al descanso se llegaba con una desventaja merecida de tres puntos (16-19).
El paso por vestuarios refrescó la cara y despejó las dudas del conjunto vallisoletano. En poco tiempo se llegó al empate y a la primera ventaja. Los alemanes ya no lo tenían tan claro y el fortín de Pisuerga soñaba con algo más que la victoria. Las lesión de Joli y la fatiga de Perales no apaciguaron la intensidad de un partido que empezaba a ser un correcalles, sin un dominador claro. Entre tanto, Cutura ponía el 27-25 y obligó a cambiar la defensa alemana que no podía frenar la superiroridad de los de Pastor, con mucho más fuelle. Ya en los últimos minutos, el poderío físico de los bávaros se dejó notar en unas contras que mataron el partido con un parcial de 0-5 en menos de cinco minutos y con un soberbio Bitter en la portería.
Colorin colorado al viaje en Europa pero con las botas puestas y en un duelo espléndido de los que invitan a asistir al balonmano sí o sí. Ahora toca afrontar la Copa y meterse de nuevo en Champions. El espectáculo está garantizado.
Fernando Cardenal
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